Es una historia de viernes. Al finalizar el punto comienza el reproche. El lector bufa contra la página, desparrama las letras y llena todo de mal aliento. Al mismo tiempo, despega el dedo acusador y saca dos conclusiones previsibles [1]. ( Si no tenés idea, andá a la nota al pie y quedate sin postre; si te las imaginás o ni te importan, no cambies de canal).
Esto no es una figurita repetida. Se trata de una tarde de viernes. Cuatro humanos momificados alrededor de una mesa redonda ( acá arturo ni pincha ni corta) sin domino, palitos chinos ni soldaditos de plomo. Todas, o casi todas, las familias tienen una mascota. Lo fantástico de ésta reside en sus posturas simpaticonas que nos roban más de una expresión "sin sal" a cada uno. Cuando hace su gracia se nos cae la baba ( jamás nos la demuestra en público, se ve que el pánico escénico es un fenómeno aplicable a los animales). No teniamos ni tiempo ni ganas de girar por veterinarias. Ramona quería un guacamayo, Lorenzo un caimán, Pepa un flamenco, ¿ y yo?: estaba entre dos extremos: mono tití pincel o araña pollito. Resumiendo, se nos ocurrió que estabamos sedientos de superhéroes y fue así como ese viernes le dimos tripa y corazón a uno.
Hete aquí, ¡oh! humilde lector, a partir de ahora comienza la historia de Oswald, el último héroe romántico.
[1]"uff, uff, uff, uff si son como las que me cuenta menganito prefiero alquilar Dumbo"
" si, soy avaro, mi tiempo vale oro y no pienso comer el huevo por no tirar la cáscara, este blog
es escremento de toro"
Esto no es una figurita repetida. Se trata de una tarde de viernes. Cuatro humanos momificados alrededor de una mesa redonda ( acá arturo ni pincha ni corta) sin domino, palitos chinos ni soldaditos de plomo. Todas, o casi todas, las familias tienen una mascota. Lo fantástico de ésta reside en sus posturas simpaticonas que nos roban más de una expresión "sin sal" a cada uno. Cuando hace su gracia se nos cae la baba ( jamás nos la demuestra en público, se ve que el pánico escénico es un fenómeno aplicable a los animales). No teniamos ni tiempo ni ganas de girar por veterinarias. Ramona quería un guacamayo, Lorenzo un caimán, Pepa un flamenco, ¿ y yo?: estaba entre dos extremos: mono tití pincel o araña pollito. Resumiendo, se nos ocurrió que estabamos sedientos de superhéroes y fue así como ese viernes le dimos tripa y corazón a uno.
Hete aquí, ¡oh! humilde lector, a partir de ahora comienza la historia de Oswald, el último héroe romántico.
[1]"uff, uff, uff, uff si son como las que me cuenta menganito prefiero alquilar Dumbo"
" si, soy avaro, mi tiempo vale oro y no pienso comer el huevo por no tirar la cáscara, este blog
es escremento de toro"